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MORIR AL “YO”

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Material de oración

Nuestra naturaleza y lo que pensamos que es mejor para las naciones puede parecer inofensivo y bueno, pero la Biblia enseña que solo Dios es bueno. Cuando el hacha sea puesta en la raíz, y permitamos que Dios nos pode, daremos mucho fruto, y Él se manifestará en las naciones.

  

“Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” (Juan 15:2).

Orar la Palabra

Para que el temor de Dios caiga sobre las naciones, debemos rendir nuestras vidas a fin de que Cristo pueda vivir en y a través de nosotros. He aquí versículos bíblicos que nos ayudarán en este proceso.

  1. Padre, ayúdanos a menguar para que Tú crezcas en las naciones. (Juan 3:30)

  2. Señor Jesús, estamos crucificados juntamente Contigo, y ya no vivimos nosotros, mas Tú vives en nosotros; y lo que ahora vivimos en la carne, lo vivimos en la fe en Ti, que nos amaste y te entregaste a Ti mismo por nosotros.
    Gálatas 2:20)

  3. Señor, Te damos gracias porque cuando nos sometemos a Ti, y resistimos al diablo, él huye de nosotros y de las naciones. (Santiago 4:7)

  4. Señor, nos consideramos muertos al pecado, pero vivos para Ti. (Romanos 6:11)

  5. Padre, Te pedimos que pongas el hacha a la raíz de nuestras vidas y en las naciones para que podes todo lo que no provenga de Ti. Límpianos para que podamos llevar mucho más fruto para Ti. (Mateo 3:10; Juan 15:2)

  6. No nos mentimos los unos a los otros ya que nos despojamos del viejo hombre con sus hechos. (Colosenses 3:8-9)

  7. Jesús, Te damos gracias porque somos nueva criatura en Ti, las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas.
    (2 Corintios 5:17)

  8. Sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Cristo para que el cuerpo del pecado sea destruido. Te damos gracias porque ya no servimos más al pecado. Porque Si morimos con Cristo, seremos liberados de la esclavitud del pecado y creemos que también viviremos con Él. (Romanos 6:6-8)

  9. Señor, ayúdanos a negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz diariamente, y seguirte para que podamos ser Tus embajadores en las naciones. (Lucas 9:23)

  10. Jesús, escogemos perder nuestra vida por causa de Ti, para que podamos ganar Tu vida. (Lucas 9:24)

  11. Señor, presentamos nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santos, agradables a Ti, que es nuestro culto racional. (Romanos 12:1)

  12. Señor, cualquier cosa que hagamos, lo haremos para Tu Gloria. (1 Corintios 10:31)

  13. Padre, no nos conformamos a este siglo, sino que somos transformados por medio de la renovación de nuestra entendimiento, para que comprobemos cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

  14. Te damos gracias, Señor, porque hemos renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por Tu Palabra que vive y permanece para siempre. (1 Pedro 1:23)

  15. Señor, no sembraremos para nuestra carne, porque segará corrupción; mas sembraremos para el Espíritu, porque segará vida eterna. (Gálatas 6:8)

  16.  Padre, Te damos gracias porque somos Tuyos, y hemos crucificado nuestra carne con sus pasiones y deseos. (Gálatas 5:24)

  17. Jesús, Te damos gracias, porque Tú llevaste nuestros pecados en Tu propio cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuimos sanados. (1 Pedro 2:24)

  18. Señor, ayúdanos a ser templos de Dios y que Su Espíritu more en nosotros. (1 Corintios 3:16)

  19. Padre, Te pedimos que Tú pongas un corazón y un espíritu nuevo dentro de nosotros, y quites el corazón de piedra de en medio de nuestra carne, y nos des un corazón de carne. (Ezequiel 11:19)

  20. Te miramos a Ti, Jesús, autor y consumador de nuestra fe, quien por el gozo puesto delante de Ti, sufriste la Cruz, menospreciando el oprobio, y Te sentaste a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:2)

Week 1

Semana 1

1. PODAR Y CAMBIAR

 

La situación de las naciones cambiará cuando nuestros corazones cambien, porque es cuando Dios podrá moverse. La Biblia enseña que el hacha se pone contra la raíz. Por eso, debemos pedirle a Dios que ponga el hacha contra la raíz (Mateo 3:10) y que pode todo lo que no provenga de Él—nuestras ideas, principios, conocimiento, planes e identidad.

 

Nuestra naturaleza y lo que pensamos que es mejor para las naciones puede parecer inofensivo y bueno, pero la Biblia enseña que solo Dios es bueno. Cuando el hacha sea puesta en la raíz, y permitamos que Dios nos pode, daremos mucho fruto, y Él se manifestará en las naciones.

  

“Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”. (Juan 15:2)

 

2. MORIR AL “YO”

 

  • No podemos hacerlo por nosotros mismos. Debemos pedirle a Jesús: ‘Señor, lidia con este árbol. Pon el hacha en las raíces y pódanos’. Él nos revelará nuestras actitudes y pensamientos que se oponen al Reino.

 

  • Si anhelamos conocer a Jesús y el poder de Su resurrección, de la que habló Pablo en Filipenses 3:10, debemos estar preparados para perder nuestra vieja vida.

 

OREMOS: Señor, oramos para que las naciones Te conozcan. Elegimos renunciar a nuestra vieja vida para experimentar el poder de Tu resurrección en nuestras vidas. Amén.

 

 

3. EL “YO” DEBE MORIR

 

La muerte al yo no es agradable, pero es el precio que tenemos que pagar si queremos que el propósito de Dios prevalezca en nuestras vidas y en las naciones. En el Monte Getsemaní, Jesús sudaba sangre, pero estaba dispuesto a pagar el precio para salvar al mundo. Jesús oró: “…Padre, si quieres, pasa de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la Tuya” (Lucas 22:42). No debemos tener miedo a pagar el precio y morir al yo. Si pagamos el precio, las naciones verán la gloria de Dios.

 

“A fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en Su muerte”. (Filipenses 3:10)

 

 
4. ORAR POR EL MUNDO

 

Dediquemos tiempo a orar para que las naciones lo entreguen todo.

Week 2

Semana 2

1. ROMPIMIENTO

 

Si anhelamos un avivamiento en las naciones, primero, debemos ser quebrantados. Debemos atravesar el quebrantamiento. Jesús nos dice: ‘Ven a la Cruz, Te invito a la Cruz. Te pido que vengas y entregues tu vida’. No nos estamos uniendo a un club social, sino que rendimos nuestras vidas como sacrificio vivo a Dios. Dios habita con los débiles, los humildes, y los de espíritu contrito. Él aviva los corazones quebrantados para el avivamiento. ¿Hemos sido quebrantados? ¿Somos humildes?

 

“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: ‘Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados’” (Isaías 57:15).

 

2. CRUCIFICARLA

 

  • Las naciones caminarán en poder y victoria cuando vayamos a la Cruz. Solo entonces nuestra vieja naturaleza será crucificada.

 

  • Cundo nos aferramos a la Cruz, nuestra vieja naturaleza muere, y recibimos el poder de Dios para caminar y para cambiar las vidas a nuestro alrededor y las naciones.

 

OREMOS: Señor, elegimos aferrarnos a la Cruz, soltar nuestra vida propia, y tener un espíritu humilde y contrito. Amén.

 

 

3. EL “YO” DEBE MORIR

 

Dios dijo, “Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27). Dios tiene planes de avivamiento para las naciones. Dios puede usar las naciones para lograr Sus metas. Él nos usará si le permitimos tomar el control.

 

Los discípulos esperaron en el Aposento Alto hasta que el Espíritu Santo descendió —porque necesitaban Su poder. No podemos hacer nada por nosotros mismos. No tenemos la capacidad, pero Dios nos empodera. Pedro y Santiago entendieron esto cuando le dijeron al cojo,…No tengo plata ni oro, pero lo que tengo…” ¿Sabes de dónde viene? Viene de pasar tiempo en la presencia de Dios y en Su Palabra.

 

 “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. (Lucas 5:16)

 

 

4. ORAR POR EL MUNDO

 

Dediquemos tiempo a orar para que las naciones lo entreguen todo.

Week 3

Semana 3

1. PLANES QUE PERECEN

 

La Biblia enseña que el hombre exterior está pereciendo, pero el hombre interior se renueva diariamente—el verdadero yo. El pecado provoca que perdamos el plan de Dios para nuestras vidas y el destino de Dios para las naciones. Cuando perseguimos nuestros sueños, pensamientos, e ideas, en vez de perseguir a Dios, las cosas no funcionan, y entonces culpamos a todos menos a nosotros mismos. Es hora de cambiar nuestro enfoque y decir: ‘Jesús, nos arrepentimos, fuimos engañados’. Nuestro viaje es encontrar a Jesús. Cuanto antes Lo encontremos, antes encontraremos Su propósito para nosotros y para las naciones.

 

“Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11).

 

 

2. SIN MIEDO A NADA

 

  • Vivimos en una sociedad en la que inconscientemente deseamos lo que otros tienen y cuando lo conseguimos, nos sentimos vacíos, sin sentido, porque Dios no está en las cosas materiales.

 

  • Uno de los mayores temores es quedarnos sin nada. ¿Estamos conscientes de que todo lo que las naciones necesitan está en Jesús? El potencial en Él es mucho mayor que buscar seguridad en las cosas de este mundo.

 

OREMOS: Señor, nos arrepentimos y Te pedimos perdón por pensar que el mundo tiene más para ofrecer que Tú. Gracias porque tienes grandes planes para nosotros, nuestras familias y las naciones. Amén.

 

 

3.  EL “YO” DEBE MORIR

 

Muchos olvidan lo poderoso que es el ámbito espiritual. No estamos en el mundo para ser una fuerza política, tampoco para dar nuestras opiniones. Estamos aquí para llevar una palabra a las naciones. Debemos continuar orando, buscando a Dios por las naciones, y no desanimarnos aunque el cambio no ocurra inmediatamente.

 

“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (Colosenses 4:2).

 

4. ORAR POR EL MUNDO

 

Dediquemos tiempo a orar para que las naciones lo entreguen todo.

Week 4

Semana 4

1. DIFÍCIL DE MORIR

 

El ojo de la aguja es una simbología que Jesús usó para ilustrar la extrema dificultad que tienen los autosuficientes para entrar en el Reino de Dios. La Biblia enseña, “Bienaventurados los pobres en espíritu…” No significa que debamos ser pobres financieramente; sino que se trata de la muerte al yo, nuestra dependencia de Jesús—pasar por el ojo de la aguja.

 

Dios nos confía una nueva naturaleza—la vida de Cristo en nosotros—con bendiciones materiales y espirituales. Jesús desafío al joven rico a que vendiera todas sus posesiones, porque lo tenían dominado. Si queremos que las naciones sean bendecidas, debemos desprendernos de todo lo que nos retiene.

 

“Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19:24).

 

 

2. EN ASCUAS

 

  • El camello es despojado de sus cargas para pasar por la puerta (aguja). ¿Cuáles son estas cargas? Es nuestra propia naturaleza. ¿Qué cargas innecesarias estamos llevando?

 

  • ¿Cómo Dios pasa al camello a través de lo que parece imposible? El camino se atraviesa con humildad, convirtiéndonos en nada. Si nos vaciamos de nuestra propia vida y confiamos totalmente en Dios, Él se manifestará en las naciones.

 

OREMOS: Señor, Te pedimos que nos despojes de las cargas equivocadas para que podamos depender totalmente de Ti. Amén.

 

 

3. EL “YO” DEBE MORIR

 

Cuando enfrentamos severos desafíos y crisis en las naciones, debemos mirar a la Roca. Nuestra suficiencia no se compara a Su gracia, que es más que suficiente. Nuestros esfuerzos no se comparan a Su poder en nuestras vidas. Lo que está sucediendo en el mundo va más allá de nuestra capacidad para arreglarlo. Solo Dios puede hacerlo.

 

La Iglesia está llamada a ser un pueblo sensible al Espíritu Santo y en constante oración. Pablo oraba día y noche. En la oración, veremos por la fe a las naciones cambiadas.

 

“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. (1 Tesalonicenses 5:16-18)

 

4. ORAR POR EL MUNDO

 

Dediquemos tiempo a orar para que las naciones lo entreguen todo.

Week 5

Semana 5

1. SOMETERSE

 

El orgullo ofrece una falsa sensación de seguridad que proviene de depender de nuestros recursos, fortalezas y habilidades. El orgullo nos aleja, como individuos y como naciones, de la ayuda, la provisión y el sustento sobrenatural de Dios. Cuando soltemos el orgullo y nos rindamos a Dios, las naciones estarán bajo la autoridad y protección de Dios, y entonces, Él peleará las batallas por nosotros. Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes; por lo tanto, debemos someternos a Dios (Santiago 4:6-8).

 

“…Resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros…” (Santiago 4:7-8).

2. IR EN POS DE LA LUZ

 

  • Aunque estemos atravesando tiempos difíciles, Dios quiere hacer brillar Su luz en las naciones.

 

  • A nadie le gusta pasar por la Cruz y el dolor, pero Jesús lo hizo y dijo: “…Sígueme…” Y al tercer día, resucitó.

 

  • ¿Estamos dispuestos a entregar nuestras vidas a Dios para ver Su poder de resurrección en las naciones?

 

OREMOS: Te seguiremos hasta la Cruz, y entregaremos nuestras vidas a Ti, para que Tu poder de resurrección se manifieste en nosotros y en las naciones.

3. EL “YO” DEBE MORIR

 

Hay poder en la oración y el ayuno. Es por eso que oramos y ayunamos por el avivamiento en las naciones. Sin embargo, debemos ser conscientes de que cuando se desate el avivamiento, no nos podemos enorgullecer, pensando que nosotros lo hicimos. No somos nosotros, es Dios; es Su gloria la que cambiará al mundo.

 

“Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).

 

4. ORAR POR EL MUNDO

 

Dediquemos tiempo a orar para que las naciones lo entreguen todo.

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