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Semana 1: La vida rota

1. LA VIDA ROTA

 

“Despreciado, desechado y desamparado de los hombres, varón de dolores y dolores, experimentado en quebranto y enfermedad…” Isaías 53:3 (AMPC)

 

Jesús estaba familiarizado con el dolor. Él experimentó dolor y sufrimiento no solo en la Cruz sino a lo largo de Su vida, en Su cuerpo y alma (Isaías 53:12). Jesús fue rechazado por los suyos. Lo persiguieron fuera de las sinagogas y querían matarlo. Esa fue Su vida.

 

La iglesia primitiva predicó acerca de los sufrimientos del Señor, pero luego la iglesia moderna trajo un mensaje de gracia y prosperidad, y ahora el sufrimiento es visto como una maldición. Debido a estas enseñanzas engañosas, la gente del Espíritu de Dios a menudo piensa que cuando sufren, Dios los está afligiendo, o que no son realmente cristianos. 

 

 

2. ROMPER CON LO VIEJO

 

  • Todos nosotros hemos pecado y tenemos una naturaleza vieja. Solo podemos entrar al Cielo si aceptamos la obra de Jesús en la Cruz y nacemos de nuevo (Romanos 3:23-26).

 

  • Hacer buenas obras y tener buenos rasgos no nos llevará al Cielo. ¿Por qué? Porque la buena naturaleza que pensamos que tenemos sigue siendo la naturaleza de Satanás, que tiene el bien y el mal en ella.

 

ORAR: Padre Celestial, gracias por enviar a Tu Hijo unigénito a morir por nuestros pecados. Ayúdanos a crucificar nuestra vieja naturaleza y caminar en la vida de Cristo. Amén.

 

 

3. ROTO

 

Satanás conoce el poder que tenemos en el sufrimiento (2 Timoteo 2:12), por lo que le dijo a la Iglesia: “No tienes que sufrir”. Jesús venció a Satanás y al pecado a través de Su sufrimiento en la Cruz. Satanás no pudo matarlo. Jesús voluntariamente entregó Su vida y la derramó por nosotros (Juan 10:18) sin abrir Su boca ni defenderse.

 

Jesús es puro y santo, perfecto en todos sus caminos. Pudo haber abierto la boca y señalado con el dedo a los que lo rodeaban, pero no lo hizo. Cuando somos perseguidos y rechazados y experimentamos sufrimiento como hijos de Dios, ¿abrimos la boca y tratamos de defendernos, discutir y pelear? ¿O seguimos el ejemplo de Jesús y nos callamos?

 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; fue llevado como cordero al matadero, y como oveja delante de los que la trasquilan, muda, así no abrió él su boca”. Isaías 53:6-7 (LBLA)

 

 

4. ORAR LA PALABRA

 

Aparta tiempo y ora para que las naciones vean el poder de Dios a través de nuestro quebrantamiento.

Roto

Jesús no permitió que el rechazo, el sufrimiento y el dolor endurecieran Su corazón. En cambio, Él se hizo quebrantar y derramó Su vida por nosotros. 

 

Sigamos Su ejemplo y permitamos que Dios use nuestro quebrantamiento para liberar almas en las naciones.

 

“Mi sacrificio [el sacrificio aceptable] a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito [quebrantado por el dolor del pecado y humilde y completamente arrepentido], oh Dios, no lo despreciarás”. Salmo 51:17 (LBLA)

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