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Semana 4: Quebrantado y Obediente

1. QUEBRANTADO Y OBEDIENTE

 

Cuando llevamos a cabo la obra o las instrucciones de Dios a nuestra manera, estamos siendo desobedientes. Muchos cristianos nacen de nuevo, leen la Palabra, oran y quieren que sus pecados sean perdonados, pero no quieren hacerlo a la manera de Dios. En Hechos 9, leemos cómo Saulo persiguió y mató a los cristianos, pensando que estaba trabajando para Dios y viviendo una vida santa. Pensó que era lo que Dios quería que hiciera.

 

A lo largo del Nuevo Testamento, los apóstoles se llamaron a sí mismos siervos de Jesucristo porque fueron sumisos y obedientes a Él. Efesios 2:2 y Colosenses 3:6 dice que éramos hijos de desobediencia hasta que el Señor nos salvó y nos cambió. Es solo a través de la ayuda del Espíritu Santo, la Sangre del Cordero y el poder de Dios que nos deshacemos de nuestra vieja naturaleza. Debemos entregarnos completamente a Él.

 

 

2. PREPARADOS PARA SUFRIR

 

  • Pablo dijo,“en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.” Filipenses 3:6 (NVI)

 

  • Antes de que Saulo se convirtiera en Pablo, era irreprensible en el cumplimiento de la ley, pero sus valores e identidad cambiaron cuando conoció a Cristo. Jesús le dijo cuánto tendría que sufrir por Él y se preparó para ello.

 

ORA: Padre, nos arrepentimos por ser desobedientes y hacer las cosas a nuestra manera porque no queríamos sufrir. Cámbianos para que podamos ser siervos de Cristo dispuestos y obedientes. Amén.

 

 

3. ROTO

 

Pablo dijo,“Sin embargo, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él…” Filipenses 3:8-9 (NVI).

 

Debemos tomar un bolígrafo rojo y escribir en mayúsculas sobre todo lo que es carnal—nuestros logros y prioridades—la palabra: PÉRDIDA. Esas cosas no pueden llevarnos a ninguna parte en el Reino de Dios. Jesucristo es más valioso y glorioso que todas las cosas de la carne. Nuestro único objetivo debe ser conocerlo. Todo lo demás debe desaparecer. 

 

Debemos permitir que Dios use nuestro sufrimiento para hacernos más como Jesús. Las naciones solo verán Su poder a través de nuestro quebrantamiento.

 

4. ORAR LA PALABRA

 

Aparta tiempo y ora para que las naciones vean el poder de Dios a través de nuestro quebrantamiento.

Roto

Jesús no permitió que el rechazo, el sufrimiento y el dolor endurecieran Su corazón. En cambio, Él se hizo quebrantar y derramó Su vida por nosotros. 

 

Sigamos Su ejemplo y permitamos que Dios use nuestro quebrantamiento para liberar almas en las naciones.

 

“Mi sacrificio [el sacrificio aceptable] a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito [quebrantado por el dolor del pecado y humilde y completamente arrepentido], oh Dios, no lo despreciarás”. Salmo 51:17 (LBLA)

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